COMO PREVENIR EL COMPORTAMIENTO AGRESIVO
Si bien cada trastorno tiene su etiología, el origen de muchos de los problemas de comportamiento es el resultado del vínculo que se establece entre los propietarios y sus perros.
Es por ello que, si se habla de prevención, el veterinario debe asesorar en lo referente a la selección del perro para que sea compatible con el gusto y con las necesidades de la familia.
Es esencial que el futuro propietario responda a las siguientes preguntas antes de tomar la decisión de adoptar o comprar un cachorro: ¿qué raza elegir?, ¿qué sexo?, ¿cuál es la mejor edad para adoptarlo?, ¿dónde obtenerlo? y ¿cómo educarlo?
Si bien la conducta de un perro al llegar a la edad adulta depende de dos factores, el genético y el ambiental, resulta importante aclarar que la manifestación del comportamiento está influida por el entorno y no por la variable genética. Sin embargo, no hay que desconocer que existe cierta variabilidad en lo que respecta a los comportamientos de las diferentes razas caninas.
De este modo, la elección de la raza es sólo un pequeño paso para lograr una convivencia perfecta. Igualmente, optar por un mestizo no significa un futuro incierto, ya que las condiciones indispensables para dicha convivencia son la correcta estimulación, la socialización desde su nacimiento y la educación del mismo desde su llegada al nuevo hogar.
¿Qué sexo?
Las diferencias de conducta entre los sexos son de grado y no de clase, es decir, que ninguna es exclusiva de uno u otro sexo. Una de las características en las cuales el sexo del animal parece tener importancia es en la tendencia a la dominancia. Debido a ello, la elección de una hembra sería más aconsejable para prevenir trastornos en la jerarquización.
¿Cuándo adoptarlo?
El propósito debe ser permitir una adecuada socialización del cachorro junto a sus hermanos, pero a su vez facilitar la continuación de dicho proceso junto a su futura familia humana. El mejor momento para la adopción es cuando concluye el período de socialización, es decir, entre la séptima y la novena semana de vida. Pero el adoptar un perro adulto no es malo ya que algunos ya están acostumbrados a la convivencia armoniosa, y otros pueden ser entrenados en caso de no adaptarse.